Tanto en el contexto educativo como en el trabajo o incluso en nuestra vida diaria intercambiamos continuamente información con otras personas. En algunos contextos como por ejemplo el educativo o el laboral, este tipo de comunicación nos viene de cierto modo impuesta, mientras que durante nuestro tiempo libre somos más “libres” de elegir con quién y cómo nos comunicamos. Cuando mantenemos una conversación, todos y cada uno de nosotros podríamos clasificarla como positiva, negativa o neutra. Este pequeño artículo va encaminado a analizar por qué los comentarios negativos tienden a permanecer más tiempo en nuestra memoria y tendemos a olvidar más fácilmente los elogios y conversaciones neutras.
¿Hay química en nuestras conversaciones? Sigue leyendo