
La “sabiduría popular” nos sugiere desde hace muchos años que nuestras células cerebrales, las neuronas y células gliares no pueden volver a crecer ni regenerarse. Una vez que nuestras neuronas “caducan” ya nunca más podremos volver a recuperarlas.
Pero… ¿Es esto cierto? ¿No existe alguna opción de mejora?
La mayor parte de las células se desarrollan durante la etapa prenatal. Esta fase de proliferación de células en el cerebro del niño y la morfogénesis en general va a determinar su desarrollo y funcionalidad en el futuro. Otro día trataremos cómo afecta el desarrollo neuronal en las diferentes etapas de crecimiento, analizaremos de forma más detenida cómo afectan los factores genéticos y ambientales en el posible desarrollo de enfermedades futuras.
Hoy nos preocupa la neurogénesis en el cerebro adulto. La producción de nuevas neuronas resultaba un disparate hasta aproximadamente la mitad del siglo XX. Fue un neurobiólogo español Jose Manuel García Berdugo el que descubrió la neurogénesis en reptiles, a partir de ahí surgieron numerosos estudios a nivel nacional e internacional. Desde entonces se ha descubierto indicios de neurogénesis en determinadas zonas del cerebro: en el HIPOCAMPO (encargado de la memoria) en la REGIÓN FRONTAL (proceso de toma de decisiones y memoria a corto plazo) en la REGIÓN TEMPORAL INFERIOR (reconocimiento de caras y objetos) y la REGIÓN PARIETAL POSTERIOR (percepción de relaciones espaciales e imagen corporal).
La neurogénesis tiene mucho que ver con la Psicología. Buena parte de nuestras funciones, englobo en estas de manera genérica la atención, la memoria, el procesamiento de la información, el proceso de toma de decisiones… tiene mucho que ver con estas células que ocupan nuestro cerebro y la sopa química que lo inunda.. La existencia de neurogénesis en el cerebro adulto indica la posibilidad optimista de cambio o mejora, no solo en aquellas personas que sufren una enfermedad como el terrible alzheimer, parkinson o daño cerebral, si no también en el cerebro perfectamente sano. ¿A caso no es un sueño conservar nuestros recuerdos y nuestra funcionalidad hasta el final de nuestra vida?
Se ha demostrado científicamente que la actividad cerebral y la actividad física favorece la Neurogénesis. Por ejemplo: “Escribir con la mano izquierda, ducharse con los ojos cerrados, aprender nuevos idiomas, nuevas habilidades… contribuiría de forma directa a crear nuevos circuitos cerebrales y por ende a la creación de nuevas células.”
Los expertos en conducta, son capaces de relacionar las “funciones” de nuestra mente con las bases biológicas que sostiene nuestro cerebro. Esto es, se pueden crear programas individuales de entrenamiento cognitivo para implementar en las primeras fases del alzheimer con el objetivo de paliar y retrasar la degeneración celular. Se puede entrenar un cerebro sano para que aprenda a estudiar, para que realice “mapas cognitivos” que le haga resultar más eficiente. Es posible entrenar “el habla”, la “memoria”, el “autocontrol”…
Como profesional estoy convencida de que no todo está perdido, que es posible mejorar La rehabilitación y entrenamiento cognitivo conlleva trabajo y dedicación, pero supone una inversión en nuestro bienestar. Citando al famoso Doctor Whitaker:
“Exercise Your Brain- Your definitive Guide to Wellness Medicine”