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El cerebro del niño: «Entre genes y experiencia»

Los cambios biológicos que suceden durante los primeros años de vida de un niño son rápidos y espectaculares. Al nacer, los niños son completamente dependientes de los padres, con un repertorio limitadísimo en cuanto a aptitudes para hacer frente a la vida. Sin embargo, al final de la infancia los cambios en la talla, motricidad y maduración cerebral han transformado a los bebés en pequeños científicos llenos de recursos, movilidad y curiosidad por el mundo.

¿Cómo es produce este extraordinario avance?

El cerebro se desarrolla en secuencias, desde las funciones más básicas a las más complejas. La interacción entre factores genéticos y ambientales determina cómo nuestro cerebro se desarrollará en un futuro.

Muchos procesos de desarrollo están presentes antes del nacimiento del bebé, durante el periodo de gestación. Esta es la razón por la cual los niños son especialmente susceptibles a factores no solo genéticos si no también ambientales, que vienen dados por los hábitos de la madre (consumo de tabaco, alcohol, fármacos, estrés etc.)

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El SAF, Síndrome del alcohol fetal se caracteriza por retraso en el crecimiento, problemas conductuales (habilidades sociales y deficit severo de atención), rasgos faciales anormales (cabeza pequeña, ojos anormalmente distanciados, nariz chata…)

No todos los niños expuestos al alcohol desarrollan SAF. Existe una predisposición genética y el porcentaje se dispara cuando la madre consume alcohol en el inicio del embarazo.

Hay cinco procesos básicos en los que resumiría el desarrollo del cerebro del niño. Muchos de estos procesos no estarán completos hasta pasada la adolescencia. Durante estas etapas los niños poseen una gran plasticidad neural, que les permitirá adquirir conocimiento, habilidades y destrezas con una rapidez extraordinaria. También nos deja un margen de actuación muy interesante a los profesionales, en cuanto a trabajar diferentes áreas como memoria, lenguaje, atención e introducir mejoras en aquellos niños que presentan algunas dificultades en el rendimiento escolar o la vida diaria. Sigue leyendo

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LA NEUROGÉNESIS: “Exercise Your Brain… Your definitive Guide to Wellness Medicine”

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La “sabiduría popular” nos sugiere desde hace muchos años que nuestras células cerebrales, las neuronas y células gliares  no pueden volver a crecer ni regenerarse. Una vez que nuestras neuronas “caducan” ya nunca más podremos volver a recuperarlas.

Pero… ¿Es esto cierto? ¿No existe alguna opción de mejora?

La mayor parte de las células se desarrollan durante la etapa prenatal. Esta fase de proliferación de células en el cerebro del niño y la morfogénesis en general va a determinar su desarrollo y funcionalidad en el futuro. Otro día trataremos cómo afecta el desarrollo neuronal en las diferentes etapas de crecimiento, analizaremos de forma más detenida cómo afectan los factores genéticos y ambientales en el posible desarrollo de enfermedades futuras.

Hoy nos preocupa la neurogénesis en el cerebro adulto. La producción de nuevas neuronas resultaba un disparate hasta aproximadamente la mitad del siglo XX. Fue un neurobiólogo español Jose Manuel García Berdugo el que descubrió la neurogénesis en reptiles, a partir de ahí surgieron numerosos estudios a nivel nacional e internacional. Desde entonces se ha descubierto indicios de neurogénesis en determinadas zonas del cerebro: en el HIPOCAMPO (encargado de la memoria) en la REGIÓN FRONTAL (proceso de toma de decisiones y memoria a corto plazo) en la REGIÓN TEMPORAL INFERIOR (reconocimiento de caras y objetos) y la REGIÓN PARIETAL POSTERIOR (percepción de relaciones espaciales e imagen corporal).

La neurogénesis tiene mucho que ver con la Psicología. Buena parte de nuestras funciones, englobo en estas de manera genérica la atención, la memoria, el procesamiento de la información, el proceso de toma de decisiones… tiene mucho que ver con estas células que ocupan nuestro cerebro y la sopa química que lo inunda.. La existencia de neurogénesis en el cerebro adulto indica la posibilidad optimista de cambio o mejora, no solo en aquellas personas que sufren una enfermedad como el terrible alzheimer, parkinson o daño cerebral, si no también en el cerebro perfectamente sano. ¿A caso no es un sueño conservar nuestros recuerdos y nuestra funcionalidad hasta el final de nuestra vida?  

Se ha demostrado científicamente que la actividad cerebral y la actividad física favorece la Neurogénesis. Por ejemplo: “Escribir con la mano izquierda, ducharse con los ojos cerrados, aprender nuevos idiomas, nuevas habilidades… contribuiría de forma directa a crear nuevos circuitos cerebrales y por ende a la creación de nuevas células.”

Los expertos en conducta, son capaces de relacionar las “funciones” de nuestra mente con las bases biológicas que sostiene nuestro cerebro. Esto es, se pueden crear programas individuales de entrenamiento cognitivo para implementar en las primeras fases del alzheimer con el objetivo de paliar y retrasar la degeneración celular. Se puede entrenar un cerebro sano para que aprenda a estudiar, para que realice “mapas cognitivos” que le haga resultar más eficiente. Es posible entrenar “el habla”, la “memoria”, el “autocontrol”…  

Como profesional estoy convencida de que no todo está perdido, que es posible mejorar La rehabilitación y entrenamiento cognitivo conlleva trabajo y dedicación, pero supone una inversión en nuestro bienestar.  Citando al famoso Doctor Whitaker:

 

           “Exercise Your Brain- Your definitive Guide to Wellness Medicine”