La neurociencia evolutiva es un punto de encuentro entre la psicología evolutiva y la neurociencia. Mi campo de estudio siempre ha sido la psicología cognitiva, pero al tratarse del cerebro del niño siempre hemos de considerar la evolución de este maravilloso órgano durante los primeros años de vida. La neurociencia evolutiva nos permite saber un poquito más sobre el funcionamiento del cerebro a través de registros conductuales y técnicas de neuroimagen. – ¿Por qué resulta tan interesante desde el punto de vista de la psicología? La neurociencia nos permite comprender y explicar algunos fenómenos que se producen en el cerebro y que suponen el origen de una determinada (dis)función a nivel cognitivo, que es lo que yo en este caso puedo medir/observar. Con esto no pretendemos decir que cada vez que se produce una dificultad tenga que existir en una disfunción, pero si es cierto que cuando nos encontramos con dificultades muy pronunciadas “conocer de dónde vienen” es crucial para desarrollar programas de enriquecimiento a medida, útiles y eficaces.
Lo bonito del cerebro del niño es el increíble potencial de mejora que posee; se pueden hacer cosas increíbles para mejorar.