…Cuando se habla de amor, la percepción de vacío interior quizás sea el sentimiento más desalentador que pueda percibir un ser humano. Esta sensación de vacío y bloqueo a la hora de expresar las propias emociones, lo que los psicólogos llamamos alexitimia emocional, forma parte de la dinámica de funcionamiento de muchas parejas. Me refiero a la sensación de vacío interior como algo horrible, debido a que a nivel experiencial se trata de una falta irresoluble que por nosotros mismos somos incapaces de subsanar. Un vacío emocional es un frío atroz que no puede abrigarse, es un hambre que no puede alimentarse… no podemos suplir una falta de algo cuando no sabemos qué falla. Tampoco podemos pretender incorporar algo ajeno a nosotros para que nos cure u ocupe un espacio en blanco, sería como vendarnos los ojos y a tientas, darnos cuenta cada día de que ese lugar continúa egoístamente vacío.
-. Y que… ¿El «puzzle» no encaja?
Muchas personas llegado este punto, contemplan dos únicas opciones en el camino. La primera, quedarse solos y resignarse a una vida en solitario huyendo de cuantas posibles derrumbes catastróficos puedan ocurrir en la arquitectura de su corazón, o bien optar por el conformismo. Ambas opciones resultarán igualmente devastadoras para el Eros. A este nivel, parece que el camino por el cual debe cursar la vida es más bien un laberinto, parece que los más oscuros rincones e incógnitas se presentaron para atormentarnos y desorientarnos en esa multitud de opciones y sin sentido.
Sin embargo, -. ¿Y si le dijese que posiblemente la vida le esté dando una Gran Oportunidad?
Lo cierto es que no podemos obtener algo valioso sin una contrapartida, esfuerzo, dolor, incertidumbre… son pequeños daños colaterales. Son experiencias que debemos vivir para poder «ejercer la posibilidad de cambio«.
Cambio, Adaptación, Aprendizaje…Ese dinamismo intrapsíquico tan necesario que nos sitúa en la pista de salida una vez más.
Quizás, si dejamos de focalizarnos en la parte negativa, en la falta, en la pérdida, en lo que no tenemos… y por el contrario nos centramos en la parte más positiva, nos sorprenderemos encontrando la salida al final del laberinto. -. Nadie dijo que sería fácil. Muy probablemente el camino sea largo y laborioso, seguramente no implicará la recompensa inmediata, pero sin duda es la única forma de encontrar la salida en esta encrucijada. Por eso, el simple hecho de «tener una relación» no implica amor, tampoco implica felicidad y mucho menos plenitud. El amor se crea, es una opción, la vida te da la oportunidad de elegir. Invierte tu tiempo en encontrar la mejor de las opciones.
Esta posibilidad de elección no tiene nada que ver con la belleza, ni con tus ojos verdes redondos ni con los míos marrones almendrados. Tampoco tiene que ver con la probabilidad de éxito, ni con la situación económica o estatus social. Si aún contemplas ésta capacidad de elección desde esta perspectiva, entonces es absurdo que sigas leyendo este texto.
El autoconocimiento y la responsabilidad de uno mismo es el punto de partida de ese viaje que todos vamos a emprender. Una de las principales razones por las cuales muchas personas no tienen amor en su vida, da igual si es Eros, Ágape o Filial es porque no se respetan a ellos mimos. «Si no te respetas a ti mismo, nunca podrás amar«. Ésta podríamos considerarla como una Ley subconsciente del amor, el respeto. La huella del pasado tiene mucho que ver aquí; existen personas que sin querer comienzan a odiar su vida como respuesta a un rechazo o a heridas acumuladas del ayer. Debemos buscar el valor de nuestra propia existencia, incluso en las pequeñas cosas y asumir dicha responsabilidad. Una vez conseguido esto, dejaremos paso al siguiente nivel » la capacidad de entrega». El secreto está en disfrutar con aquello que tu puedes ofrecer a la otra persona, sin haber creado unas expectativas previas sobre la recompensa esperada; Comprender que el amor es absolutamente libre y gratuito. Simplemente no te enfades si la otra pieza del puzzle no encaja en ti, puesto que está en todo su derecho de tener la forma que el o ella elija.
“Ya había puesto en mi pecho un letrero que ponía “Cerrado por demolición”. Y aquí me tiene usted, pintando las paredes, abriendo las ventanas, plantando flores en el jardín”
Éste es el espíritu indomable, al que me refería.