– ¡He sido el primero de la clase! – ah… que bien, muy bien. Genial!
– ¿Has oído? El primero, el primero de todos. Lo hemos hecho genial.
– ¡Sé siempre el primero y haz a tus padres felices!
– Ser el primero para que mis padres sean felices. [Anotado]
¿Te has preguntado qué ocurrirá cuando este niño fracase?
Enséñale que no todo vale, no todo vale para conseguir el primer premio o ser el mejor. El objetivo último no es subir al pódium, ser nombrado la matrícula del año escolar, ser el más guapo y delgado, ser el más popular, ser el más. Pregúntale en qué ha sido el mejor y si eso es importante para el o ella, pregúntale cómo lo ha conseguido y si le ha hecho feliz hacer aquello. Pregúntale si quiere seguir por ese camino, muéstrale que hay diferentes caminos en los que quizás pueda ganar o no, pero están ahí y son opciones por las que puede optar. No es obligatorio ganar. Sigue leyendo