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Midiendo la temperatura emocional

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Estrés, ansiedad y malestar

eye-openSer sensible es bueno, pero no siempre. En terapia también se habla “de lo malo de lo bueno”, muchos ahora mismo sabrán perfectamente sobre lo que voy a escribir en este post. Ser sensibles conlleva un alto precio. Probablemente hablemos de personas extraordinariamente empáticas, caritativas, que tienen esa habilidad tan especial de cuidar a los demás y lograr que otras personas se sientan bien. Tienen ese tipo de energía alrededor que nos hace confiar. La gente sensible tiene una alta capacidad para contemplar y valorar el arte y la esencia de las pequeñas cosas. Tenderán también a valorar tu trabajo y esfuerzo. Esto los llevará a experimentar momentos de deleite y conexión con el mundo y con otras personas. – ¿Se imaginan?

Pero a veces la sensibilidad duele
En los momentos difíciles por los que todos atravesamos, las personas sensibles tienden a responder con emoción exagerada a algunas situaciones. Esta “hiper-emoción” puede llegar a descontrolarse. Todo ser humano cuando se siente bien, focaliza la atención en pensamientos-emociones-conductas positivas, sin embargo cuando estamos atravesando por un mal momento el proceso se convierte en inverso, con un corte negativo que puede ser sutil o muy marcado.

¿Cómo se explica esto?
La necesidad desesperada de dar una explicación a todos los estados emocionales y a todos nuestros pensamientos no deseados nos empuja a encerrarnos en un bucle extenuante a todas las personas. La mente humana funciona así.
Existe una explicación biológica, cognitiva y conductual de este tipo de estados – tristeza, fatiga, estrés, falta de concentración, estado de inquietud y un largo etc. Lo primero que intento transmitir a las personas es tranquilidad y paciencia. “Son estados transitorios que podemos revertir con el tiempo, ocurren a millones de seres humanos en el mundo”. El miedo, el tremendismo y la desesperación no aportan más que intranquilidad y sufrimiento a la persona. Siempre habrá un ¿por qué a mí? Debemos comprender que ésta pregunta está formulada desde nuestros miedos, cuanto más tiempo dediquemos a darle respuesta a este tipo de interrogantes más energía estaremos entregando a nuestros miedos.

El arte de alimentar nuestros miedos
Cuando se accede a este bucle, está dejando la puerta abierta y libre acceso a todos sus miedos. Estos van a ser completamente irracionales, duros e incluso macabros. – ¿Por qué? Porque nadie se conoce mejor a sí mismo que nosotros mismos. Por ejemplo una persona con gran perfeccionismo académico comenzará a pensar que no será competente en un examen o que no podrá hablar en público. Una persona cuya meta sea ser una gran madre, comenzará a tener pensamientos negativos relacionados con su maternidad. Una persona que necesite sentirse aceptada en el grupo, tenderá a pensar que un mal gesto es un rechazo y comenzará a sentirse despreciada.
Es necesario dejar de pelearse con uno mismo, esa batalla está perdida. 

La habilidad de hacer una montaña de un grano de arena

Cuando nos preocupamos más de lo debido por una situación, sin querer la estamos magnificando. Cuerpo y mente están unidos, comprometidos de por vida, por lo que el cuerpo comienza a emitir quejas a la mente. Nuestro sistema nervioso se altera y no nos sentimos bien. Estos síntomas no son inventados o fingidos, son muy reales. “Las emociones duelen”.

Dolor de cabeza, disfagia, falta de apetito, necesidad compulsiva por comer, pérdida de peso, palidez, dolor en el pecho, síntomas gastrointestinales, visión borrosa, temblores etc

Muchas personas tienden a magnificar las situaciones debido al ansia que tienen de controlarlas y ofrecer soluciones inmediatas. Esto puede generar ansiedad, estrés y otros trastornos emocionales. Cuando las emociones duelen, gastan mucha energía del organismo (infinidad de energía). Esto a su vez afecta a algunos transmisores que conforman la sopa química de nuestro cerebro y que regulan nuestra felicidad y sensación de bienestar.

Una sonrisa sincera para la mente equivale a lo mismo que una hora de bicicleta para los bíceps femorales.
Cuando sentimos paz nuestro cuerpo nos abraza, nos envuelve en energía positiva y somos más eficientes como trabajadores, amigos, como hijos o padres. También centramos nuestra atención en situaciones positivas por lo que tenemos la sensación de que las cosas van por buen camino.

Estilos cognitivos e hipersensibilidad
Hay múltiples factores que influyen – existen organismos con sistemas nerviosos biológicamente más sensibles y reactivos, estilos de crianza, tendencia al perfeccionismo y también los estilos cognitivos – esto es como hemos aprendido a evaluar e interpretar las situaciones que tienen lugar a nuestro alrededor, ser aprensivo y etc.
Ser sensible no es malo en absoluto, pero a veces no resulta funcional en nuestro entorno. Lo que hemos aprendido podemos volver a aprenderlo de una forma más saludable para nosotros mismos.

¡Póngase el termómetro emocional!
Reconozco que no suena muy científico, pero lo considero útil. Cuando alguien llega completamente desbordado intento que marque en una línea de medidas (imitando un termómetro) cuánto de mal se siente, «que mida su temperatura emocional«. Suele ser un número altísimo. Después analizaremos la situación desde un punto de vista distinto. Ser conscientes y conocer nuestras emociones negativas nos ayudará a afrontarlas de una manera más sana y adaptativa. Aplicamos lo que los psicólogos conocemos como “reestructuración cognitiva” y muchas otras técnicas relacionadas con el control de la activación y el fomento de hábitos saludables.

Habitualmente cuando los dolores de cabeza y de estómago han cedido, cuando nos sentimos más felices en general tendemos a evaluar esas situaciones de forma completamente diferente. Lo que la gente suele desconocer es que probablemente hayamos comenzado a interpretar la situación de forma diferente y ocupar nuestra mente con otras cosas más positivas y ésto nos haya influido en ese gran avance. Cuando la temperatura baja, quiere decir que hemos superado la situación. En la medida que vayamos entrenando esta habilidad, nuestro cuerpo y nuestra mente comenzará a aprender a controlarse. Ser sensible no es malo, es una habilidad especial pero incluso ésta tiene que ser educada.

Pensar bien, actuar bien, sentirse bien. Estar bien

 

 

 

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Autor: Lorena Álvarez

Psicóloga, activista, trotamundos y una apasionada por la ciencia y las letras.

2 pensamientos en “Midiendo la temperatura emocional

  1. divino, querida mia! me encanto y me ayudo mucho!

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