¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de su infancia?
Sigmund Freud denominó “amnesia infantil” al proceso que implica la pérdida absoluta de memoria durante nuestra infancia en los primeros años. Freud, explicó este proceso mediante fenómenos relacionados con la represión, intentos por olvidar la naturaleza sexual de los recuerdos infantiles.
Hoy en día sabemos que existe una explicación neurológica a esta pérdida masiva de información. Los niños no disponen de una arquitectura neurológica lo suficientemente sofisticada como para almacenar y estructurar toda la información que percibimos. El cerebro del niño, durante su crecimiento se expande y reestructura dando lugar a cambios evidentes en su morfología. Existen conexiones que se fortalecen y otras que disminuyen hasta desaparecer. Muchos investigadores han centrado su trabajo en conocer las causas de por qué unas conexiones se debilitan y otras se refuerzan. Todos ellos parecen estar de acuerdo en que existen causas genéticas y ambientales que determinan el futuro de estas conexiones. Pese a que no consigamos recordar nuestras vivencias más tempranas, éstas ocupan un papel central en las personas en las que hoy nos hemos convertido.
Volvamos a su primer recuerdo de la infancia ¿Lo tiene en su mente ahora mismo?
¿Y si no fuese real? Muchas personas afirman tener recuerdos de estar en su cuna, conversaciones concretas con sus padres o abuelos o incluso sus primeras fiestas de cumpleaños. Lo más probable es que sean “recuerdos creados” por nuestros padres o personas cercanas. Estos recuerdos pueden transmitirse en experiencias posteriores, un porcentaje muy elevado pertenecerán a fotografías almacenadas en nuestros álbumes del salón. Haga la prueba. Según un estudio llevado a cabo en la Universidad de Emory, es alrededor de los 7 años cuando nuestra memoria comienza a guardar recuerdos para el futuro. La doctora Patricia Bauer, tomó nota de los recuerdos de 83 niños a la edad de 3 años (de cuando fueron al zoo, comieron pizza en el parque etc.). Las madres ocupaban un papel fundamental en la evocación de recuerdos, mientras que los niños asumían un rol más pasivo.
“Remember when we went to Chuck E. Cheese’s for your birthday party? You had pizza, didn’t you?”
Volvió a entrevistar a los mismos niños, pudo comprobar que a los 6 años los niños recordaban esas experiencias (pero sin detalles), mientras que a los 9 años, solo podían recordar un 35% (pero con más detalles).
Parece ser que para crear una biografía exacta, tenemos que aprender a usar el calendario, aprender los días de la semana, los meses, es preciso tener cierta percepción especial de dónde estamos y percibirnos a nosotros mismos, nuestra entidad como diferente a la de los demás así como adquirir el dominio del lenguaje. Ello solo puede lograrse mediante experiencia y aprendizaje.
El caso de Liam
Liam es una niña preciosa y sana de ocho años. Fue adoptada en China a los 15 meses de edad. Cuando sus padres fueron a buscarla, sabían que había presentado complicaciones médicas que no se reflejaban en su historial. Liam es una niña muy inteligente y que muestra una habilidad extraordinaria para los idiomas. Sin embargo Liam no soporta que la peinen, ni le pongan ningún tipo de sombrero, ni pinzas, pero sobre todo Liam no tolera que nadie le corte el pelo. Es un tormento.
Cuando Liam llegó a casa, tenía marcas en la superficie del cerebro ¿Es posible que Liam recuerde los procedimientos médicos que sufrió durante los primeros 15 meses de edad?
Lo cierto es que los niños desde muy temprana edad tienen aptitudes sensoriales muy agudas, pueden ver, oír, saborear y experimentar sensaciones. Se ha demostrado que los bebés pueden adquirir aprendizajes por habituación desde muy temprano (Rovee-Collier, Hayne 1990) e incluso desarrollar preferencias. Posiblemente los procesos de memoria durante esta etapa se almacenen según sensaciones – olores, visiones, sonidos y habilidades motoras asociadas con objetos. Mientras que los recuerdos al final de la infancia (desde los 7 años) y posteriores estén relacionados con procesos de categorización más complejos y con el lenguaje.
Todo parece indicar que en presencia de “pistas significativas” Liam consiga evocar esos recuerdos, sobre todo porque activa ciertos instintos de supervivencia. Pese a ello, probablemente Liam nunca sepa por qué tiene ese miedo, ni tampoco consiga reflejarlo mediante palabras. Sin embargo, no es irreversible Liam aprenderá a que no ocurre nada al peinarse el pelo y que inlcuso puede resultar divertido (mediante métodos de deshabituación, juego y aproximaciones sucesivas).
Conclusiones…
Es probable que existan diferentes tipos de memoria, quizás una para experiencias sensoriales básicas, otra para el movimiento físico y otra más para procesos conceptuales complejos que implican el lenguaje.
El estudio de la memoria es realmente apasionante y sin duda clave para la comprensión de la vida humana.
junio 24, 2014 en 10:00 am
Ya sé que soy cansino, pero por enésima vez, artículo simplemente genial. Dejo por aquí información sobre un estudio muy reciente relacionado con el tema
http://esmateria.com/2014/05/11/la-aparicion-de-neuronas-nuevas-borra-recuerdos-de-la-ninez/?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+materia%2Fnoticias+%28Materia%29&utm_content=Netvibes
junio 24, 2014 en 10:51 am
Gracias por compartir Marcos. – «Parece que para crecer hay que olvidar». No había leído estas investigaciones. Me llamó muchísimo la atención cómo de forma inconsciente podemos evocar ciertos recuerdos que desencadenan en miedos o fobias, e intentar explicarlos desde el punto de vista más neuropsicológico. Lo de las pistas podría explicar cómo las personas que sufren de alzheimer consiguen evocar recuerdos con la estimulación sensorial – música, imágenes, sonidos etc. y su repercusión en terapia. Y luego en relación con la memoria, también está las «represión», el proceso por el cual algunas personas afirman no recordar ciertas etapas de su vida que coiciden con acontecimientos traumáticos (o que ellos consideran altamente negativos). Todo un misterio! Muchas gracias por colaborar.