Los cambios biológicos que suceden durante los primeros años de vida de un niño son rápidos y espectaculares. Al nacer, los niños son completamente dependientes de los padres, con un repertorio limitadísimo en cuanto a aptitudes para hacer frente a la vida. Sin embargo, al final de la infancia los cambios en la talla, motricidad y maduración cerebral han transformado a los bebés en pequeños científicos llenos de recursos, movilidad y curiosidad por el mundo.
¿Cómo es produce este extraordinario avance?
El cerebro se desarrolla en secuencias, desde las funciones más básicas a las más complejas. La interacción entre factores genéticos y ambientales determina cómo nuestro cerebro se desarrollará en un futuro.
Muchos procesos de desarrollo están presentes antes del nacimiento del bebé, durante el periodo de gestación. Esta es la razón por la cual los niños son especialmente susceptibles a factores no solo genéticos si no también ambientales, que vienen dados por los hábitos de la madre (consumo de tabaco, alcohol, fármacos, estrés etc.)
El SAF, Síndrome del alcohol fetal se caracteriza por retraso en el crecimiento, problemas conductuales (habilidades sociales y deficit severo de atención), rasgos faciales anormales (cabeza pequeña, ojos anormalmente distanciados, nariz chata…)
No todos los niños expuestos al alcohol desarrollan SAF. Existe una predisposición genética y el porcentaje se dispara cuando la madre consume alcohol en el inicio del embarazo.
Hay cinco procesos básicos en los que resumiría el desarrollo del cerebro del niño. Muchos de estos procesos no estarán completos hasta pasada la adolescencia. Durante estas etapas los niños poseen una gran plasticidad neural, que les permitirá adquirir conocimiento, habilidades y destrezas con una rapidez extraordinaria. También nos deja un margen de actuación muy interesante a los profesionales, en cuanto a trabajar diferentes áreas como memoria, lenguaje, atención e introducir mejoras en aquellos niños que presentan algunas dificultades en el rendimiento escolar o la vida diaria.
- Neurogénesis. Es el proceso de formación de neuronas. Este proceso tiene lugar antes del nacimiento del bebé. El cerebro de un recién nacido contiene muchísimas más neuronas de las que necesitará a lo largo de su vida.
- Migración neuronal. Es el proceso de organización del cerebro. Las conexiones nerviosas se desplazan por el espacio, a específicas áreas dónde tendrán una función determinada. Este proceso se inicia antes de nacer el bebé y ocurre hasta aproximadamente 8/10 meses después de su nacimiento.
- Mielinización. Se crea en los axones una capa de mie
lina. La mielina protege el axón y facilita la sinapsis. Este proceso se inicia en el tronco cerebral y el cerebelo ya antes de nacer, sin embargo no se completa en algunas áreas (lóbulos frontales) hasta pasada la adolescencia. Esta fase se relaciona con el control temprano de los estados fisiológicos (sueño tranquilo y estado de alerta), así como la madurez del niño.
La calidad de la nutrición del bebé también influye en la producción de mielina en etapas tempranas.
- Sinaptogénesis. Es el proceso mediante el cual se crean “networks” entre conexiones del cerebro. Las sinapsis comienzan en la etapa prenatal pero ocurren durante todo el ciclo vital.
- “Pruning” o poda neuronal. Es el proceso mediante el cual eliminamos las conexiones innecesarias y fortalecemos las más importantes. Esto se lleva a cabo en base a las experiencias del niño. El proceso de “recorte neuronal” ocurre en mayor medida entre los 3 y los 16 años del niño.
La poda neuronal en diferentes áreas cerebrales coincide con los “periodos sensibles” (nomenclatura utilizada por el genetista Hugo de Vries y la educadora Maria Montessoni). Durante la etapa preescolar, el cerebro del niño se convierte en especialmente sensible a ciertos estímulos o interacciones, por ejemplo el lenguaje y la creación de modelos mentales.
Algunas reflexiones…
- Comprender el proceso de desarrollo del cerebro es fundamental para el psicólogo. Esto nos facilitará el análisis de la conducta o incluso de la regulación de las emociones.
- El modelo funcional (Luria) y muchos otros modelos como la aproximación cognitiva o multifactorial nos permiten conocer los procesos psicológicos y diseñar programas de intervención útiles en edades tempranas.
- Nos permiten ofrecer información a las futuras madres sobre las repercusiones que podría tener su conducta en el posterior desarrollo del bebé. Durante mi experiencia laboral como psicóloga he tratado con muchas madres fumadoras, o que incluso afirmaban haber podido consumir alcohol durante las primeras cinco semanas de gestación.
También he podido trabajar en ámbitos de cooperación internacional en zonas de desarrollo donde siguen existiendo muchos mitos relacionados con la nutrición infantil. Según la ONU más de un 7% de niños en países en desarrollo sufren malnutrición grave o desnutrición, llegando alcanzar un 60% en países como Níger o Etiopía (presencia de marasmo y kwashiorkor). La desnutrición provoca problemas físicos y cognitivos muy graves en los niños.
- Crear programas de estimulación temprana para bebés y niños que presentan dificultades.
- Diseñar programas compensatorios para niños diagnosticados con un trastorno del desarrollo (autismo, asperger etc.) así como diferentes problemas surgidos por desorganización neurológica a diferentes niveles.
- Un largo etc. que iré tratando poco a poco en “Un rincón para mi Diván”
Siempre pensé que como profesional, la intervención social sería el área dónde mejor podría aplicar mis conocimientos, en diferentes países, culturas y comunidades. Sin embargo mi afán por conocer, investigar y deseñar programas relacionados con la conducta me empujan cada vez más hacia la investigación en el campo de la educación, neurociencia y aprendizaje. A sabiendas de que ello implique encerrarse en un laboratorio durante años, y muy probablemente con ciertas limitaciones económicas. Aprovecho para expresar mi admiración al trabajo que día a día llevan a cabo los investigadores, y ayudantes y subayudantes de investigadores en diferentes universidades y centros de desarrollo. Bien hecho!
junio 18, 2014 en 12:47 pm
Es un placer leerte. Decir que gracias a esa plasticidad neuronal de la que hablas, fruto de procesos de maduración y desarrollo del cerebro a nivel biológico y bioquímico, la capacidad de los niños en el aprendizaje es increíble, sobre todo en cuanto a idiomas. En mi opinión, como consejo a futuras mamás, diría que en lo que a idiomas y música se refiere, cuantos más y cuanto antes (sin agobiar al niño, obviamente), mejor.
P.D. Enhorabuena por el pedazo de blog que tienes
junio 19, 2014 en 5:52 pm
Viniendo de un investigador y futuro doctor en psicología es todo un honor Marcos. Escribir en este espacio me aporta muchísimo. Cada año me enamoro más de nuestra profesión. En 2005 comenzamos a tirar del hilo, y el «ovillo de conocimiento» parece no terminar jamás 🙂
junio 23, 2014 en 11:22 am
Acabas de describir a la perfección como me siento cada día, tratando de desenredar el ovillo. Fue un lujo poder empezar a tirar del hilo en 2005 teniéndote como compañera y es un lujo poder continuar con ello leyéndote en este rincón tan profesional como personal.