El deporte en general, representa una de las actividades humanas con más protagonismo social de todos los tiempos. Ya en el 1200 a.C, en la Antigua Grecia se exaltaba la importancia del deporte en sus labores cotidianas. Para ellos la “corporalidad” era importante, una buena condición física (musculatura, resistencia, elasticidad) mantenida a través del esfuerzo y largos periodos de entrenamiento, que les conducía a la consecución de una buena salud o estado mental.
Describieron así, un vínculo indestructible entre “Cuerpo y Alma” fomentando la práctica deportiva a través del “refuerzo moral”. Los ganadores eran premiados con coronas de laurel y estatuas creadas en su honor.
Es precisamente este vínculo entre “Cuerpo y Alma” el primer tema de conversación que como terapeuta mantengo con un deportista.
A lo largo de los tiempos y civilizaciones, la concepción del deporte ha ido cambiando paulatinamente. En la actualidad, los medios de comunicación son los encargados de mantener ese Refuerzo Social y Moral. Independientemente del país del que se trate, los medios de comunicación dedican un tiempo significativo a las noticias relacionadas con el deporte y la competición deportiva. La gran mayoría de las personas, en cualquier país o cultura prestan atención a éstas noticias, practican algún deporte, tienen ídolos deportistas, emplean su tiempo conversando sobre la práctica o el rendimiento… Estamos ante un gigantesco fenómeno social.
Desde la Sociología o la Psicología podemos analizar la importancia del deporte, a través de un fenómeno de “cohesión social” y análisis de comportamiento de las masas. Estos factores son los que dotan de un “gran poder” al deporte para conseguir resultados magníficos a nivel social, como por ejemplo la integración entre diferentes culturas o razas y sin duda a nivel individual, en la superación de diferentes problemas psicológicos así como la mejora de la calidad de vida.
Pero, el Psicólogo deportivo o Coach deportivo trabaja en una dimensión distinta; intervienen en los equipos deportivos o con el deportista de manera individual con la finalidad de mejorar y aumentar su rendimiento.
Un deportista No es un paciente, es un deportista que quiere aumentar su rendimiento o llegar a la alta competencia
Nuestra trabajo se puede desarrollar tanto con atletas, deportistas, equipos como también mediante el asesoramiento de entrenadores y profesionales de la educación física. Siempre nos encaminamos a la optimización de los recursos personales del deportista y a contribuír en el progreso de la calidad del manejo táctico y la comunicación. Es frecuente utilizar instrumentos de evaluación de la personalidad para indagar cuales son las variables mentales a potenciar, así como entrevistas individuales y sesiones en grupo. Como expertos en conducta trabajamos con técnicas de entrenamiento de habilidades mentales, tales como la concentración, manejo de estrés, manejo de ansiedad, miedos… El eje de intervención trabaja fundamentalmente con la concentración, atención, motivación, auto-confianza y comunicación.
El Psicólogo deportivo también se ocupa del bienestar psicológico del deportista, fuera de la cancha o de la pista.
El primer paso es comprender la herencia que nos dejaron los griegos:
“Mens sana in corpore sano”
octubre 22, 2013 en 1:51 pm
😉